Como si un presentimiento me acogiese,
dejo el peso muerto en esta cama.
No sé qué busco tanto en ese techo
ni sé por qué me mira mi pasado.
Creo que tengo miedo y no confío
porque en el momento en que baje la guardia
volverá a mi piel el eterno desafío
de reconocerme en el reflejo de una extraña.
No sé si puedo decepcionarme de ese modo
de nuevo
de siempre
de mí,
de esto.
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