jueves, 31 de agosto de 2017

Cuenta la leyenda.


Cuenta la leyenda que una chica que no sabía llorar lloraba cuando escribía. Efímera, como firmas en el agua, como dice Abram en su canción Efímeros (escúchala: click aquí). Cuenta la leyenda que este blog estaba vivo. Pero, hace cuánto. ¿Miles de años? 
¿Y si os dijera que he vuelto? ¿Y si ahora os dijera que me muero de ganas de escribir? ¿Si os prometiera que cada día me pongo delante de esta página en blanco sabiendo que quiero teclear hasta cansarme? ¿Si os dijera que no me ha salido nada hasta ahora?

He cambiado mucho desde que abrí el blog. Creo recordar que tenía dieciséis y de eso hace ya cinco años. ¿Cinco años? Parece broma. Sigo casi igual, lo único que ha cambiado es todo lo que no se ve. 
Recuerdo que cuando comencé a escribir aquí me apasionaban todas las cosas que me siguen apasionando: la única diferencia reside en mis ojos, pues en aquel entonces eran tan inocentes que no se dejaban atravesar por la maldad, la desilusión o la desconfianza. 
Ya te digo yo que era fácil, porque yo no movía fichas, permanecía inmóvil redactando deprisa y con mala letra todo lo que sucedía a mi alrededor. Ahora las partidas son distintas, ahora yo también hiero, me equivoco, me hundo y hundo. Ahora ya no soy esa pieza inocente y destrozada del tablero, ahora empujo, tropiezo, me levanto, resido, destrozo, pierdo, gano. No sé cómo explicarlo mejor. Digamos que he crecido y he olvidado que antes yo era diferente. 
Una persona que amo dice que yo antes era más original. Llevo días pensando en eso. Fue, aproximadamente, como un antes molabas. Y me pregunto qué me ha llevado hasta aquí. 
Por qué he cambiado, dónde me dejé esa inocencia, o esa originalidad. Me veo más seria, y debo confesar que eso no me gusta. ¿Es verdad eso de que las malas experiencias, las idas y venidas, las pérdidas, van cambiándote? ¿Será eso lo que me ha llevado hasta aquí?

No sé exactamente qué coordenadas seguir. Prometí dejar atrás a esa Noelia inexacta, divertida, original y extrovertida (aunque de eso último me queda bastante)  y ahora la deseo otra vez. ¿Podré volver a ser quien era? ¿Podré volver a ser especial? ¿Podré dejar de parecerme a todos?



¿Sabéis? He elegido esta foto porque me veo en ella. Esa es la Noelia que llevo dentro,
la que estoy intentando recuperar, la verdadera. 

sábado, 26 de agosto de 2017

Ya me gustaría

 Es casi inconsciente este pensamiento recurrente que me atraviesa. Me cuento y les cuento que no es para tanto y lo cierto es que soy dos p...