domingo, 4 de abril de 2021

Me vas a tener que perdonar

 Puede que sea una despedida. La que nunca he llegado a verbalizar, no por falta de valor; sí de fuerzas. Después de abrirte mi corazón, me encontré con la razón cerrándome las puertas. No pude asimilar que me tuvieras justo delante y no hicieras más que mirar (siempre de reojo) sin decir palabra. No hablabas, no podías, no decías absolutamente nada. Era como si el mundo se hubiera parado y tú tuvieses todas las respuestas, como si aun sabiendo que eras el único que podía salvarnos decidieras, a conciencia, no hacerlo. En el asiento copiloto indagando en mi cabeza, buscando encontrar respuestas sin atreverte a hacerme las preguntas. Nunca has sabido qué elegir porque te han dado miedo todas las respuestas. Mi fin te asusta. Mi silencio te condena. Mi amor te inquieta. Mi cariño te tambalea. Mi despedida te mata. No puedes despedirte de mí porque sentirías que estás dejando ir algo que nunca vas a encontrar del mismo modo. Habrá algo mejor, diferente, peor...pero no será del mismo modo. No habrá nacido tan fácil ni habrá crecido de forma tan compleja. No será enérgica como nuestra fuerza cósmica ni potente como nuestra química incuestionable. No será la doble ene inquebrantable, ni se disfrazará de amistad. Te acojona quererme pero también quedarte sin la complicidad en una mirada, la tensión gigantesca creciéndonos en el pecho al dormir pegados, las cremas de noche que te pongo a modo ritual antes de irnos a dormir. Te asusta tenerme pero también perder mi risa aterciopelada acariciando tus temores o mis bromas absurdas que ni a mí me hacen gracia. Te costaría vivir con el peso de saber que hay historias que comienzan sin que lo pretendamos, pero más te costaría admitir que me has dejado escapar por el maldito miedo.

Por eso me planto. Porque yo también tengo miedo, ¿sabes? A mí también me han jodido, pero dudas no tengo. Sé lo que quiero y me asusta quererlo, me asusta quererte y aun así aquella noche te lo dije con el pecho descubierto. Perdí. Sé que perdí. Sé que si quisieras, todo habría sido diferente. Y el hecho de que no lo sea, es una respuesta.
Lo que no puedo aceptar es el amor a medias, ya he tenido eso y pesa demasiado. No se puede intentar llevar el peso de dos en una sola espalda.

Y por fin he entendido que esta no es mi guerra. No quiero librarla.


No puedo.
Me vas a tener que perdonar, pero es mejor que me vaya.

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