viernes, 3 de abril de 2020

Es curioso, mil veces me prometí no refugiarme en las hojas blancas los días grises y mil veces me traicionaré. Es inevitable. Algunas noches siento ansiedad, la situación es compleja. Doy vueltas en la cama, lloro como una cría y me prometo que todo irá bien. Qué forma más dura de autocompadecerme Me abrazo a mí misma, me hago un ovillo en la cama y aprieto los ojos hasta que me duermo. A veces tardo horas. Mi mente no está tranquila; antes no lo estaba, pero ahora es incapaz de asumir nada. Es como estar atrapada en cuatro paredes que no paran de acercarse, amenazando con dejarme aquí para siempre. Quizás el miedo que albergo tiene que ver más con qué será de mí que con lo que soy ahora. El mundo nos ha dado un respiro, nos ha dejado pensar y pensar ahora no me ha ayudado en absoluto. La incertidumbre se apodera de mí, me rodea con sus brazos y me besa la frente. Nunca me había sentido tan sola. Y lo peor es que no puedo decir ni una sola palabra de aquello que me atormenta. Ni siquiera sería justo para mí. Hay que dejar pasar el tiempo, pero la vida se ha encargado de demoler nuestros planes.  ¿Qué pasará cuando todo esto acabe? ¿Haré frente a mis miedos o seguiré girando sobre mí misma? Siempre he sido lo suficientemente cobarde como para salir corriendo. Siempre corro cuando las cosas se ponen feas, y finjo que no pasa nada y que el mundo seguirá girando. Lo cierto es que siento que vivo en una época equivocada, donde nos da miedo un abrazo y no el abismal mundo de internet, donde ya nadie escribe cartas, donde el amor nos da casi siempre la espalda. 

Solo escribo estupideces. Pero no puedo ver con claridad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ya me gustaría

 Es casi inconsciente este pensamiento recurrente que me atraviesa. Me cuento y les cuento que no es para tanto y lo cierto es que soy dos p...