domingo, 21 de abril de 2019

La sal hiriente de una lágrima impacta contra mi cerveza. Balanceo un poco el vaso, moviéndolo en círculos inconexos y luego doy un trago. La mesa está pegajosa, el cielo pesa, y despacio, se amontona en mis hombros y me hace sentir rara. Un trago más. Estoy rodeada de personas anónimas que parecen mirarme entristecidas, por un instante imagino que saben qué pienso, qué callo, qué espero. Pasan de incógnito y se pierden. Me diluyo en un asiento de piel mala y dejo reposar mi espalda sin ánimo ni alma. La luz quema mis pensamientos que, torpes, intentan evadirse alejándose de aquí. Si pienso y después existo, ¿por qué noto que llevo horas atrapada en un círculo de pensamientos estúpidos? ¿por qué entonces mi existencia no se ha detenido? Miro fijamente un punto muerto e inexistente y clavo los ojos: cuando dejas la mirada en un punto muerto, por un momento, unos segundos, unos minutos, sientes alivio. Tanto, que volver a la realidad cuesta media vida. Y media vida se me va. 
Chasquea los dedos para que regrese, mi sonrisa tonta empieza a vacilar. Demasiado alcohol para tan corta noche, no digo. ¿Qué?, contesto. Y río. Porque cuando no sabes abrirte, te ríes. Espero, inquieta, que me rompa mi esquema perfecto, que me haga olvidar todas las preguntas, que me haga no volver a dudar de las respuestas. Pero sigue navegando en círculos por mi risa, se balancea, y me mira directo a los ojos, y me explica que ya no habla en verso, y me como palabras y besos, y me siento sintiéndome lejos, y me veo atrapada de nuevo allí donde no tenía sentido encerrarse.
Último trago insuficiente. Me prometo que es el último, sé que no será así esta vez. Ya no soy donde estoy y no puedo estar donde aún quiero ser. Me toma un poco, solo un poco, del brazo, para alejarme un poco, solo un poco, de mis pensamientos. Pero ojalá entendiera que me atrapa pensar que nunca sé qué estará pensando. Ilusionarme es el pecado, mi mente la condena. Me he perdido en 33 cl, perdonadme esta noche. Ninguno de mis pensamientos tiene sentido a las 2:58 de la mañana, y más si llevo un par de copas de más. 


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