Tus pozos negros,
ansiosos, se fijan.
Honesta, te
empujo, hasta ríes, tan niño.
Muerdes finales
que anuncian principios,
tocas las cuerdas
que suenan tormenta,
renuevo las horas
de tiempos siniestros,
truenos que vuelan
rindiéndonos sueños.
Una navidad
precipitada, campanas,
quizá-si quieres-
algún día, podremos.
Por ahora solo
sueños que se miran de lejos,
yo apostándome el
hueso, las ganas.
Sabiéndonos
enteros, conozco tu reto,
crecidos, la
ilusión, ya no aparezco.
Y yo insisto, sí
puedes, no ves,
no crees, no quieres,
no puedo.
Yo sí, recojo,
alzo tu voz, a medio suelo,
e insisto, volémonos,
silencio.
Tus pozos negros,
ansiosos, se fijan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario