jueves, 2 de agosto de 2018

Bajo el cielo de Málaga y a corazón abierto.



Escribo a kilómetros de mi presente, sentada en un jardín precioso de Málaga. Tan alejada ahora mismo de mi propia vida, de mis amigos, de mi futuro incierto, de mis estudios, que parecen parte de un sueño. Me da miedo volver. Me dan miedo las decisiones que se avecinan, ese futuro que me guiña un ojo y a la vez no me deja verlo con claridad. ¿Seré capaz de encontrar mi lugar? ¿Seré feliz en esos nuevos estudios? ¿Me sentiré como en casa? ¿Será mío el carné de conducir? ¿Encontraré un trabajo que compense? ¿Seguiré manteniendo contacto con mis amigos? 
Muchas dudas se aproximan y me rozan. Le temo tanto al futuro. 
¿Se marchará T a vivir fuera cuando pase las oposiciones? No se lo he dicho nunca, pero me entristece muchísimo que se vaya a ir lejos. Me dolería mucho estar tiempo sin verle. Le echaría de menos, sin embargo no se lo digo, porque sé que es su ilusión, que irse le hará feliz, y no soy quien para cortarle las alas a nadie, ni siquiera quiero que se sienta mal por irse o por querer hacerlo. 
¿Y mi dulce y veterana A? ¿ Conseguirá, por fin, ser feliz lejos de todo lo que la aprisiona? ¿Se marchará también? Si ambos se van, ¿quién va a sujetarme ahora cuando caiga? No podría vivir sin ella cerca tampoco. Y me da muchísimo miedo perderla.
¿Y mi revoltosa y universitaria A? ¿Tendrá ese futuro en el sur soñado? ¿Se marchará también cuando acabe el máster? Ella siempre ha querido vivir aquí, en este sur que ahora piso, y joder, cómo la echaría de menos. Pero ha encontrado al hombre de sus sueños y tiene claro que va a casarse. ¿Ya? Sí, y aquí. ¿Y quién soy yo para decirle que lloraré cuando tengamos que despedirnos? Porque sé que aunque nos vayamos a ver de vez en cuando, no será lo mismo que tenerla a una hora de mi casa. 
Mi M, que va a irse en septiembre, que tiene planeado vivir en Alemania, aún más lejos.  Me da tanto miedo que os marchéis todos. Me da miedo perderos, me da miedo distanciarme de vosotros cuando hagáis vuestras vidas. Y lo sé, lo sé. Sé que conoceré a más personas, sé que la vida siempre trae nuevos corazones a los que amar...Pero mi vida sin vosotros estaría mucho más vacía y triste. Me da muchísimo miedo el futuro. 
¿Ese máster que me va a costar tanto pagar va a hacerme feliz? ¿Totalmente? ¿Voy a trabajar escribiendo? ¿Y si descubro que no valgo? ¿Y si me dicen que no valgo? ¿Y si no soy feliz? 
Y bueno, ¿qué hay de ti? Corazón triste y dudoso ¿Qué hay de ti?  Si ni siquiera sé si te merezco. Si ni siquiera sé ponerte nombre. Si ni siquiera sé qué decidirás, qué decidiré, qué abrazar, qué no, qué besar, qué no. ¿Qué será de mí? ¿De ti conmigo? ¿Qué pasará cuando las cosas sigan su curso? ¿Cuando haya que tomar decisiones? ¿Te perderé? ¿Volveré a desaparecer de tu vida? ¿Volverá ese silencio ensordecedor? Estando aquí, tan lejos, me doy cuenta de lo mucho que nos hemos unido en tan poco. Y en parte, me reconforta saber que estás aquí, pero por otro lado me da miedo. Miedo a que ya no seas ese chico que se reía de mi torpeza, miedo a que te cansen mis manías, miedo a no significar lo mismo para ti. Miedo a que le hagas caso a tu razón. Miedo a que tenga razón. 

Estando lejos parece fácil, porque aún estoy lejos de ese futuro incierto. Parezco ajena a esa vida que es mía y me empeño en mirar de lejos. Me acojona el futuro. Dejar de ser quien soy, crecer demasiado, no hacerlo nunca. Me da miedo tener obligaciones, retroceder. Me acojona tener miedo, perder a las personas que quiero, fracasar en mis sueños. Miedo a estancarme, a la rutina, a tener las cosas claras, a no saber qué etiqueta ponerle al tiempo. Miedo, mucho miedo. 

Si me quedara aquí, quizá sería más fácil para todos. 
Porque nadie tendría que despedirse de mí, nadie tendría que decidir quién soy para él/ella. 
Nadie tendría que echarme de menos, nadie tendría que tomar decisiones.
Ni siquiera yo.

Tengo el presentimiento de que al llegar voy a tener que afrontar muchas cosas, y me da miedo. 


1 comentario:

Ya me gustaría

 Es casi inconsciente este pensamiento recurrente que me atraviesa. Me cuento y les cuento que no es para tanto y lo cierto es que soy dos p...