12 Por mi vida.

Por mi vida han pasado muchas personas a las que creí querer, tener aprecio. Por las que aposté. He tenido miles de ocasiones para decir un 'te quiero' sincero o un 'me he enamorado hasta de tus defectos'. Pero ahora sé porque jamás se lo dije a nadie más. Jamás le dije a nadie estar enamorada porque no lo estuve. Te puedo asegurar que nunca había besado una espalda llena de verdades y dulzura, que jamás nadie me había tratado así, tan delicadamente. Nadie había contado antes conmigo para sentarse a hacer planes futuristas que quién sabe si se cumplirán algún día. En cambio tú, tú nos tiras rodando arena abajo dirección el mar, y te da igual el mundo cuando sujeto tu mano. No sé si he amado alguna vez, pero tú eres lo más parecido al amor que ha pisado nunca mi vida. Y no quiero que nunca dejemos de ser uno para ser dos otra vez. 

Quiero ver partidos como este a pares, por semanas, meses y años. Y que compartas conmigo tus sueños, así como tus tristezas cuando las cosas te salen mal. Se me saltan las lágrimas al escribir de ti, porque parece que es el corazón el que me va dictando exactamente lo que tengo que poner. No sé si esto se trata de mí, de ti, o de qué. Pero aun sin saber si eres la persona, si este es el momento o el lugar, hoy sé que al menos, quiero que seas tú quien camine conmigo muchos años más. Decorar una casa y tener un proyecto común, como esas personas que se independizan y empiezan partiendo des de 0. Con un coche de segunda mano, un piso de alquiler y mil sueños en cajas de cartón que encierran recuerdos de toda una vida. 

No sé si eras tú el que tenía como destino llevar a esta cabecita loca hacia Venecia, haciendo así sus ilusiones también tuyas. Pero sí que sé que quiero que seas tú. Y que me cojas en brazos aunque grite que no lo hagas, y me hagas cosquillas por el simple hecho de verme reír. Porque ahora que sé vivir contigo no querré aprender nunca a hacerlo sin ti. Me das motivos para continuar y eres mi mayor punto de apoyo...

Gracias por cogerme de la barbilla, levantar mi cabeza y secar esas lágrimas tontas que a veces de alegría o tristeza se abalanzan por mis mejillas. Eres eso parecido al paraíso del que todos hablan y al que jamás han ido. Quizá porque no te conocen, o porque no han probado tumbarse contigo cualquier mediodía a escuchar el compás del tiempo viajando a través de tu respiración.