miércoles, 13 de noviembre de 2013

Irreversible.



A veces he querido detenerme y no he sabido frenar. Como cuando alguien de repente te rompe un esquema o te cambia los planes. Me sentí marioneta del destino, o de la vida, mejor dicho. Quise correr y me agarraban, quise saltar y la gravedad me mantenía en el suelo impidiéndome volar. A veces daba tanto de mí que no me quedaba espacio para refugiarme ni en mis propios momentos de soledad. ¿Realmente fueron conscientes de cada paso que di por ellos? O simplemente...¿O simplemente se alejaban sin ver que yo les daba realmente lo que necesitaban? Algunos se hacían llamar amigos, otros, hermanos. Lo que sí que sé con certeza es que se volvieron completos desconocidos.
Como tirando de un hilo, destapé todo símbolo de verdad. Quité miles de máscaras y lo peor llegó cuando a cada máscara le regalé una lágrima.
Fue sentirme herida. Hurt, y lo digo en inglés porque suena más cortante y directo. 
¿Clavarse una espina y no sangrar? Para mí era faena imposible.
Pensé en qué habría hecho en otra vida para que ahora, de repente, tanta gente se alejara de mí. ''Si se van es porque realmente no son tus amigos'', decía mi abuela. ''Nunca confíes en nadie'', dijo mi madre. ''Al final todos morimos'', pensé yo. ¿Y si no confiaba en nadie iba a pasarme el resto de mi vida pensando que en cualquier momento podrían herirme?
Escogí rechazar ese tipo de vida.
Supongo que por eso la decepción a día de hoy me sigue hiriendo.
Y más cuando creía que los verdaderos ya estaban a mi lado y no podían decepcionarme.
















'''Siempre que te sientas invisible, inservible,
recuerda que en el mundo hay un hueco hecho
para ti, justo a medida. Donde nada ni nadie
encajaría mejor que tú. Eso es lo que hace
que respires, del mismo modo en que hace que
tu corazón puede latir. El hecho de que ninguna
respiración ni ningún latido será jamás igual al tuyo.''

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