Dime tú, amor, si cada caricia
viene con el pedido de una más,
cuándo
nuestras manos se podrían cansar.
Si no sacio mi sed de ti, ni con
mil besos que me puedas dar.
Dime tú , amor, qué hay de malo
en eso de quererse,
si ellos
nos mirarán con celos por tenernos,
y por
saber que nos tendremos siempre.
- Deja de mirarme así o tendrás que llamar a seguridad...
-¿A seguridad?
- Tendría que secuestrarte.
-Mis padres podrían pagar el rescate...
- Ilusa, si yo te secuestrara te vendaría los ojos y te subiría a un avión rumbo a Venecia, Verona, qué se yo. Lo que sí que tengo claro, y eso en el trato es inegociable,...es que no pensaba pedir un rescate.
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