sábado, 16 de marzo de 2013

Regálame a alguien como tú.


Si vas a marcharte, al menos, regálame a alguien como tú.
Preséntame a alguien que tenga el mismo color de pelo que tú, y lleve puesta esa sonrisa perfectamente colocada. Alguien que coloque exactamente igual los pies al caminar, alguien que lleve impregnado en su cuello tu olor. Pídeme a alguien con los mismos ojos, con ese marrón con tonos verdes y pupilas negras, fijas, clavadas en mí. Regálame a alguien con tus manías, y tu voz, con la misma forma de pestañear o fruncir el ceño cuando no entiendes algo.
Dame a alguien cuyo tacto me haga estremecer, alguien que abrace igual que tú, e incluso me bese con tanta fuerza como lo hacías tú. Regálamelo y hazle saber que le querré; eso sí, asegúrate de que sea exactamente igual a ti. Porque me muero porque ese sofá aguante el peso de ambos, y que ese otro alguien que me acompañe lleve tu nombre también.
Regálame a alguien con tu risa, y tu manera de hacer como el que no quiere la cosa. Alguien con tus sueños, y tu forma de querer comerte el mundo. Regálame a alguien con tus bostezos, alguien que vista tu ropa. Dame a alguien que lleve su locura hasta el límite más alto, alguien que abrace con los ojos cerrados y me apriete fuerte a su cuerpo. Regálame a alguien con tu ideología y tu manera de ver la vida. Alguien que ame el fútbol tanto como tú,  y si puede ser, que esté tan guapo cuando chuta una pelota como lo estás tú. Vete, si quieres, pero no sin antes dejarme a tu copia en la puerta, para que al menos me quede un recuerdo con sabor a ti. Dile que olvide mis manías e intente quererme, que me abrace cuando esté distante y me diga Te quiero en cinco idiomas, como hacías tú. Dile que me lleve por esos sitios donde tú y yo hemos estado a veces, y que se coloque exactamente igual para tomarme por los hombros al caminar por la calle. Dile que no se olvide de mis sonrisas y que me eche de menos, que me envíe mensajes con la ilusión de que le responda, y se sorprenda al ver con la rapidez que contesto cuando de ti, o de alguien como tú, se trata. Dile que muerda como tú, y me mire como tú. Dile que no lo dude nunca, que se coma los miedos y escupa los dramas. Tú puedes irte, si quieres, pero déjalo en mi puerta antes de marcharte. Con un par de cervezas y con ganas locas de quererme. Déjalo en la puerta y deja con él todos esos gestos que hablaban de un nosotros convertido en promesa.
Vuela lejos, pero antes…regálame a alguien como tú. Porque, la verdad, no sé vivir sin tenerte, y necesito que alguien pronuncie mi nombre con tu voz. Una voz que me susurre unas frases baratas de amor, alguien que me llene los días de felicidad, como hacías tú, y haga de las cosas difíciles algo tan sencillo como respirar. 

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