jueves, 14 de marzo de 2013

No me sueltes, por favor.

Tus manos sujetan mi cintura y me atraen hasta ti. Nuestros cuerpos están tan pegados que a lo lejos pareceríamos solo una persona. Tus pupilas se clavan en mí como cuchillos, desgarrándome el corazón. Miro tus labios entre abiertos soltar el aire que has estado reteniendo todo este tiempo. Me tiembla el pulso. Mis sueños pierden el equilibrio, tus manos se resbalan y deslizan por mi espalda. ¿ Has tenido alguna vez la sensación de que el resto del mundo te da igual por una milésima de segundo? ¿Y que ni si quiera te importan las consecuencias de nada que puedas llegar a hacer?
Me acerco en un intento absurdo de que tu respiración se mezcle con la mía, pero tus labios se adelantan a todos y cada uno de mis pasos y me encuentran antes de que empiece a buscarlos. Sabes a destino, sabes agridulce, sabes como a vida.
Me estremezco bajo el tacto de tus manos que ahora se pasean por mis mejillas.
Me ruborizo y tú al notarlo, sonríes. Como si fuera la primera vez que me ves tímida debajo de tus ojos. Como si fuera la primera vez que se te clava ese miedo en el pecho y te estremece lo que sientes. Como si fuese la primera vez que desnudáramos el corazón. Como si jamás antes tus labios hubieran jugado a perseguir los míos.
Me pierdo en el vaivén de tus ojos recorriendo mis iris, mis pupilas. Como si jamás antes hubieras contemplado una mirada sincera. Y yo te miro tan fijamente que casi puedo fotografiarte. Y ahora vives en mi cabeza. Sonríes, como si te sintieras feliz y mi sonrisa imita tus gestos, porque me haces sentir viva. Y joder, me apetece parar el tiempo. Que si son las 18:45 se quede ahí congelada esa hora para siempre. Que si hace sol, no se vaya y si llueve que se congele cada gota encima nuestro y jamás se deshagan. Porque no me apetece asomarme ahí fuera si todo lo que necesito lo tengo enfrente. Porque si tú me miras el mundo enloquece, y aunque crezca, nosotros nos hacemos gigantes con él. No me sueltes, por favor, que no hay mejor que calor que tus brazos en este invierno frío. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ya me gustaría

 Es casi inconsciente este pensamiento recurrente que me atraviesa. Me cuento y les cuento que no es para tanto y lo cierto es que soy dos p...