martes, 19 de marzo de 2013

Diecisiete años, diecisiete razones para sonreír.



Estaba ya cansada de días llenos de nubes, de lluvias que no dejaban agua que pisar. Estaba ya cansada de vivir esperando, estaba ya cansada de querer. Y de repente, el hecho de que me hayan contado que él me ha olvidado me ha hecho ver que en realidad estaba esperando a alguien que ya no estaba ahí, que no caminaba a mi lado. ¿Las verdades duelen? Mucho. Tanto, que incluso ha habido un momento en el que me he derrumbado. Pero ¿ y después qué? Pues he mirado a mis amigos y les he dicho: Entonces toca pasar página de una vez por todas. Y he sonreído.  
Me había cansado de llorar, para qué. De escribir líneas que él ya no leía, para qué. 
Claro que le he querido. Con cada poro de mi piel. Es más, aquel mes, estuvo lleno de magia. ¿Pero si él ya no me piensa por las noches por qué he de pensar yo en él? Decidme, ¿para qué voy a querer a alguien que jamás me volverá a mirar con los ojos brillantes, deseando abrazarme? 
Me he reconstruido, me he armado de valor, me he hecho fuerte. ¿Sabéis ese momento en el que algo os duele tanto que impacta directamente con vuestro corazón? Por un momento sientes que te estruja, que te lo paraliza, y dentro de ti solo oyes el eco de tu voz. Pues eso he sentido cuando ella me ha contado que él ya se había olvidado de mí. Pero después he sentido mis latidos, mucho más relajados, acompasados. He mirado por la ventana, he sonreído y me he creído por primera vez en muchos meses que todo iba a salir bien. Si he olvidado a otras personas antes, ¿por qué no iba a hacerlo esta vez? Claro que ha sido importante. Claro que hay momentos que quedarán aquí para siempre, en la eternidad de un recuerdo. Pero mi rumbo ha cambiado. Ahora quedará la amistad, y alejaré el recuerdo, para poder mirarle a los ojos sin pensar en todos y cada uno de esos momentos en los que me llenaba el alma con solo sonreír. 
Es como si una nueva Noelia hubiera surgido de la nada y hubiera tomado las riendas de mi vida. Tengo diecisiete años, no es tiempo de esperar sentada que vuelva alguien que se quiso ir. 

No es tiempo de susurrar un ' Vuelve porque sin ti se me está haciendo duro'. 
Es tiempo de salir ahí fuera, sonreír y vivir. Cumplir sueños y viajar. Crecer. 
Creo que es tiempo de pasar las páginas de un libro, de mi libro, de mi historia. De no quedarme estancada en ninguna de esas páginas, por mucho que me haya gustado leerlas. Releerlas de vez en cuando, para recordar, pero sin desear quedarme en ellas. Porque sino, no podríamos avanzar.
Ha llegado el día en el que me he atrevido a volver a sonreír. 

1 comentario:

  1. Dios mío Noelia *_________________* me encanta, simplemente. Sé fuerte y sonríe, queremos muuuuuchos textos optimistas! ^^ <3

    ResponderEliminar

Ya me gustaría

 Es casi inconsciente este pensamiento recurrente que me atraviesa. Me cuento y les cuento que no es para tanto y lo cierto es que soy dos p...