jueves, 12 de noviembre de 2020

Demasiado pronto, siempre demasiado pronto

No sé hacia dónde nos llevará esto. Mi yo más optimista me alienta; mi yo destructivo (que ahora es mucho más fuerte, por desgracia) me advierte. Hay historias que parece que están escritas por el mismísimo destino, aunque no las veamos llegar. Se instalan en nuestras vidas camuflándose, se quedan, quietas y ligeras, expectantes. Y nos atrapan de nuevo. Aun habiéndonos prometido que no volverían jamás a capturarnos. Nos dejamos llevar como estúpidos kamikazes, nos sumergimos en la aventura, en la novedad; nos dejamos sacudir por las olas del tiempo y llegamos hasta la orilla más cercana sin darnos cuenta. Llegamos. Llegamos aunque no lo creamos. Llegamos aunque siempre hubiésemos contemplado la tierra, firme, muy firme, de lejos. 


Y perdemos la razón demasiado pronto. 

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