lunes, 30 de septiembre de 2019

Me gusta cuando llamas. Cuando sorprendes. Al decir algo que no esperaba, cuando parece intimidarte el latido intenso de tonterías que puedo soltar en apenas unos segundos. Me gusta cuando conduces, cuando el movimiento pausado de tus ojos promete que todo va a ir bien. Me gusta cuando inventas cualquier tontería para bromear, cuando improvisas para asustarme o fabricas la broma más sencilla del mundo porque sabes que poco basta para convencerme de imposibles. Y lo haces. Siempre lo haces. Me gusta cuando frunces el ceño pensativo, al borde de decidir cualquier cosa, concentrado, como si fuese la mayor decisión de tu vida esa que estás a nada de tomar. Me gusta cuando no te enteras, cuando haces que no te enteras, y sobre todo cuando no me entiendes. Me gusta que pensemos diferente en algunas cosas, pero me gusta aún más sentir que siempre estoy lejos de convencerte. Que te persuada mi risa ingenua y que te dejes vencer por las ganas cuando nos quedamos a solas. Me gusta que estés tan risueño como yo cuando nos encontramos. Tus abrazos largos, tu lado sensible que nunca enseñas del todo. Me gusta tu manera de tocarme el pelo, tu forma de abrazarme por los hombros cuando dejo mi cabeza entre tu  clavícula y tu cuello. Me gusta que no me hayas dicho nada, porque no ha hecho falta que me pidas que me quede para que me ancle. Me gusta porque haces que incluso aquello que madije y pensé que era el mismísimo infierno se parezca un poco más a un camino necesario para verte reír. Me gustas porque es fácil y a la vez difícil entenderme y comprender qué estamos haciendo. Me gustas porque aquel día en el que tenías frío me dijiste que preferías quedarte un rato más mirando al cielo solo por ver lo contenta y entusiasmada que yo estaba. Me gustas porque eres impredecible dentro de tanta  cordura, porque nunca paras de moverte, porque tienes ambiciones y sueños. Me gustas porque sé que hay mucho más entre nosotros. Porque la vida son dos días y hoy quiero decir que me gustas, porque haces que muchos de los instantes en los que se para el tiempo en este mundo huelan a ti. Y eso es mucho más de lo que podría hacer nunca nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ya me gustaría

 Es casi inconsciente este pensamiento recurrente que me atraviesa. Me cuento y les cuento que no es para tanto y lo cierto es que soy dos p...