sábado, 10 de agosto de 2019



Siempre me doy cuenta tarde, ese es mi mayor problema. Quizás estoy dándole la espalda a la verdad, siempre evito mirarla a los ojos, por si me dice todo lo que no quiero oír. ¿A quién pretendía engañar? Solo a mí misma, solo evitaba salir herida, mirarme al espejo y responderme con lo que soy. Llevo tanto tiempo dando vueltas sobre lo mismo, bordeándolo, rozándolo, por miedo a abordarlo. ¿Por qué me da tanto miedo la verdad? Si ya lo he vivido todo, si ya sé lo que es el dolor, sé lo que es estar al otro lado y notar que hay un cristal enfrente inquebrantable, si ya sé cuánto pesa el silencio, si sé a qué sabe la ausencia, a qué huele el deshielo, cómo duelen los pies después de caminar kilómetros de esperanza, para llegar a una bahía seca. Me prometí a mí misma jamás quitarme la armadura, pero pesa tanto hacerse la fuerte...pero quema tanto saber la verdad. Siempre miro de reojo la certeza, después le doy la espalda y finjo que no sé nada. Dicen que la ignorancia nos hace felices, pero nadie habló jamás de fingirla. De vivir haciendo equilibrio sobre una cuerda que está a nada de romperse. Nadie dijo nada de las palabras tiesas, de las comas mal puestas, de la aspereza de ignorar que solo soy un cero que nunca supo dónde estaba la derecha. Me siento chiquitita confesándome, como cuando de pequeños les decíamos a nuestros padres que nosotros éramos los que habíamos roto el jarrón jugando a la pelota; pequeñita, como cuando la profesora nos reñía por hablar, diminuta, como el día en que descubrí que todos estos años no me habían hecho más fuerte, solo me habían enseñado a disimular mejor. Y que, al final, eso era ser adulta, fingir que no duele lo que antes podías convertir en un drama, decirles a todos que no pasa nada. ¿De veras creen que no pasa nada? Todos aclamando: "¡Menuda historia! ¡Qué bonito todo!", y yo harta de decirles: "no vayáis tan rápido, quizás esto acaba mal, quizás no es nada...". Responden, convencidos, totalmente convencidos, que no, que estoy loca, que es mucho tiempo, que hay cosas que no se dicen, que hay preguntas que no se responden. Y yo niego con la cabeza, les digo que no, que no, que yo ya no me creo nada hasta que lo veo, lo escucho, lo siento. Y aún no tengo la certeza de que esto sea bueno, o vaya a salir bien. Quizás necesito que me empujen, que me ayuden a dejarle de tener miedo a todo; solo soy un alma microscópica que un día se sacrificó entre gigantes, que jugó a ser valiente y salió ganando, porque nunca llegó a serlo del todo. No tiene sentido escribir, ni tiene sentido decir que estoy un poco rota esta noche, que camino entre los cristales de las dudas y pretendo no arañarme. No tiene sentido decir  que ojalá un te quiero me borre esta capa de hielo, pólvora y miedo, porque la única persona que tiene la llave, jamás llegará a leer esto. 




1 comentario:

  1. Justo hoy he descubierto tu canal de youtube y me has parecido una persona muy interesante. Al ver este link en la descripción, entré a leer un par de cosas. Creo que tienes una forma de escribir muy bonita, y quería decirlo, eso es todo x)

    ResponderEliminar

Ya me gustaría

 Es casi inconsciente este pensamiento recurrente que me atraviesa. Me cuento y les cuento que no es para tanto y lo cierto es que soy dos p...