viernes, 12 de abril de 2019



¿Por qué no lo hablas? No dejan de resonar en mi cabeza todos esos consejos que las personas dan con la boca pequeñita, con cierto tono aterciopelado que nos recuerda que hay gente que aún se preocupan por nosotros. Porque no puedo, me repito. Porque no puedo. Y sé cuál será mi automática y premeditada respuesta, esa que siempre me devuelvo, esa que rebota en la pared de mi conciencia: Sí, sí que puedo, pero no quiero enfrentarme a la realidad. Alargo el momento, pospongo conversaciones, me dejo llevar, por miedo. Miedo a escuchar respuestas para las que no estoy preparada, o de las que soy tan consciente que temo el momento de tener que tomar decisiones. Recuerdo que antes era más fácil. A mi torbellino adolescente y semi-adulto le daba igual. Ella era tan kamikaze, que si tenía que saltar, siempre lo hacía por los aires. Y explotar, hacerse cenizas, no le importaba. Yo soy un poco diferente, me he vuelto más realista, me he vuelto menos luchadora, más cerrada, más cobarde. Una niña a la que le asusta terriblemente perder.
Por eso no lo hablo. Realmente es por eso, chicos. De verdad, os lo juro. Y lo he intentado. A veces me he dicho: Venga, ahora. Díselo ahora. Saca el tema ahora. Pero, ¿y de qué serviría eso? Si con los años he aprendido a leer a las personas, si ya me sé la respuesta, si sé que mi frase se abrirá con un interrogante y él la cerrará con la huida. Si ya me sé todas esas historias de películas en las que hablar de lo que uno siente se vuelve un auténtico lastre.
Si al menos alguien me prometiese que todo va a salir bien...Pero no, nadie puede hacerlo. Ni siquiera vosotros, chicos, ni siquiera vosotros. 
¿Pero por qué piensas así? Porque sé más que vosotros sobre esto. Porque ya me partí la espalda una vez, por qué me aprendí de memoria el diccionario de excusas y de autocastigos. Porque ya me resigné una vez, porque ya luché una vez, porque ya perdí la guerra.
Te creía más valiente, más tú. 
Siento decepcionaros, pero no me sale valentía por ningún poro. Me he vuelto mucho más aburrida. Aún me quedan demasiadas conversaciones conmigo misma. 
Y ninguna acaba muy bien. 







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ya me gustaría

 Es casi inconsciente este pensamiento recurrente que me atraviesa. Me cuento y les cuento que no es para tanto y lo cierto es que soy dos p...