lunes, 9 de julio de 2018

10.000 segundos.


A 10.000 segundos.
Allí me iría. Solo a 10.000 segundos. No muy lejos, pero lo suficiente. 
10.000 segundos. Lo que tardo en desayunar, lo que tarda una caricia en tatuarse en la piel, lo que tarda el papel en arrugarse en unas manos vacías de intenciones. 
10.000 segundos. Se dice lentamente, pero pasa muy rápido. El tiempo suficiente para escaparnos de todo y todos, el que necesito para abrir mis alas.
Han intentado matarme. Han cogido todas esas letras y las han enviado lejos. Eso sí, de mi corazón no saldrán nunca. He soportado cómo me llamaban exagerada, cómo rebajaban mi dolor, cómo me gritaban e intentaban darme lecciones de moral, esas personas, las mismas que no saben ni manejar las riendas de su vida. He tenido que tragarme tantas cosas solo para poder poner un punto y final, para no hacer interminable la historia. 
Solo quería que terminase, que se callasen, que parasen, que me olvidasen. 
Solo quería que dejaran de culparme por algo que no hice yo, que esa condena solo estuviese en sus cabezas, pero no en mis oídos ni en mi sangre. 
A 10.000 segundos. Me iría muy lejos. Lejos donde no puedan alcanzarme, donde poder borrar esos grandes errores que he cometido, donde poder pensar en todo lo que habría cambiado de haber podido. 
Lejos, tan lejos, que nadie me encuentre. 
Allí donde yo soy solo yo, y alguien me abraza y me entiende. Allí donde alguien me mira inocente.
Allí, lejos, donde las señales no me tatúan veneno. Donde el pasado es solo un eco pobre y desgarrado que no alcanza mis oídos. Donde no existe esa Noelia manipulable y estúpida. 
Lejos. 
Muy lejos.
Donde soy guerrera, donde conduzco yo mi vida, donde me descarrilo solo si quiero, allí donde puedo ser yo misma.

A 10.000 segundos encontraré a esa chica de la ilusión permanente, a la inocente niña que creció a la fuerza pero sigue siendo cálidamente pequeña, os juro que la encontraré. A esa que no le teme a nada, la que baila con el miedo para vacilarle, la que no se da por vencida, la que persigue lo que sueña; esa Noelia que lleva por bandera que ser feliz es lo primero y lo demás vendrá luego. A esa , amante de la comida italiana y las prisas vencidas. Encontraré a esa niña que utiliza su voz para ayudar, aquella que soñaba con taparse con una manta las noches de tormenta para escuchar tranquilamente las gotas caer encima de los tejados. Esa cría que amaba el invierno, que se sentaba en la playa, aquella que sacaba a su perro por gusto, solo para recorrerse las calles con su música. 
Te voy a encontrar. A ti, que decías que nadie te podría parar los pies jamás, la chica que creía en el destino, en las estrellas pálidas, en el duro pero necesario silencio. A ti, que no te asustaban las alturas, a ti, que creías que alguien algún día lucharía por ti. 

A 10.000 segundos, 
sé que nos separan solo 10.000 segundos, pequeña,
sin embargo te noto tan lejos esta noche, 
que me asusta.
Deja tus dosis de realidad, tus dudas y miedos,
aparca esa soledad que se te clava en las costillas,
vas a vivir solo una vida,
hoy, aquí, ahora,
a 10.000 segundos.
Quién sabe si mañana podrás tener otra oportunidad para viajar
a 10.000 segundos.
Quién sabe lo que habrá detrás de cada puerta,
detrás de cada estampa,
detrás de cada roca,
de cada rama,
de cada cara. 
A ti,
a ti,
a 10.000 segundos,
te he visto en mi espejo y no me da la gana
de quedarme con las ganas
de encontrarte esta noche,
justo donde te dejé años atrás:
entre la almohada y las ganas de escapar.

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