martes, 23 de junio de 2015

Vacío.

Ojalá pudiera haber cogido el primer vuelo hacia la indiferencia y no volver.
No me quedan ganas de nada.
Solo de huir.
De todos modos gracias, a pesar de todo, eres el único al que seguiría enseñando el alma.
Hoy me has salvado de esta soledad infinita, y solo sé darte las gracias.
Aunque no vayas a leer esto.
Ojalá aún siguieras desnudo a mi lado, como hace justamente un año. Como cuando aún me querías. Como cuando aún estábamos. 
Hoy me aparto en silencio, y vuelvo a casa. La soledad me espera, y al entrar me abraza:  
'Buenas noches, pequeña' , dice ella. 
Y yo le susurro: 'No vuelvas mañana'
Una lágrima me salpica la mejilla justo antes de cerrar los ojos.
Ojalá pudiera despertarme lejos de esta condena. 


Y por unas horas - pocas horas- me aparto de la realidad. 
Demasiado frágil. 


Tiemblo.
Pero al otro lado de la cama nadie despierta mi abrazo.  
Vacío.

1 comentario:

  1. Es increíble lo que leo por aquí, hace tiempo que sigo tu blog y me parece muy interesante y también intenso lo que a veces encuentro, espero que puedas seguir el mío, saludos desde México Noelia…

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