viernes, 12 de diciembre de 2014

Aunque no lo leas, es lo único que puedo escribirte.

Sé que no me lees, porque si realmente tuviera la certeza de que lo haces, no estaría escribiendo esto. He pensado en desaparecer del blog por un tiempo, y es por eso que hoy voy a darme la libertad de escribir todo lo que siento. Porque no sé cuándo volveré. Y necesito decirlo.
Han pasado ya algunos días desde que supe de ti, desde que te vi, y desde entonces no he vuelto a saber nada  más. Quizá muchos piensen que eso es lo mejor, aunque yo solo pienso que es lo más doloroso del mundo. No está siendo fácil, la niña pequeña que dormía en mí se ha despertado y por las noches le invade una soledad imborrable. Mira hacia la pared, ahora vacía, y consigue recordar de memoria esas fotografías que ya no están. Parece tan fácil quitar los recuerdos, hacerlos a un lado...Que me pregunto por qué en mi cabeza no está siendo tan sencillo.
El momento en que vi que ya no podía saber nada de ti fue uno de los más dolorosos. Dejé de mirar el teléfono esperando algo, porque sabía que habías borrado la posibilidad de marcar ese número que ya no está. Hiciste bien. O no. No lo sé.
Sé que estás mejor, o al menos mi cabeza desea pensar que es así. Porque si te imagino sufriendo mi alma solo quiere abrazarte, como nos abrazamos aquel día, como nos fundimos con lágrimas en los ojos. Te dije adiós cuando lo único que quería hacer era borrar el dolor. Has desaparecido y este dolor es la única prueba de que has estado aquí. La habitación está tan fría desde que no la adornas con tu voz que he empezado a pensar que estoy viviendo una vida que no es la mía.
Fui jodidamente feliz viviéndote, te lo puedo jurar. Fui inmensamente grande y era capaz de comerme el mundo si estabas a mi lado.
Lloro con rabia e impotencia y luego me calmo, y espero a que el dolor se alivie solo. A veces incluso cierro los ojos y pienso que cuando los vuelva a abrir habré desaparecido. Quiero desaparecer. Correr e irme muy lejos y que nada pueda atraparme.  Porque en mi vida están pasando muchas cosas que ya no puedo compartir contigo. Ojalá estuvieras aquí. Con tus manías y tus cosquillas y tu manera de ver el mundo. Porque tú conseguiste hacerme libre.
Porque tú sabías quién era. Porque yo sabía quién eras. Quién eres.
Sé que no me leerás por dolor o tal vez indiferencia. Ojalá la felicidad te esté esperando cerca, porque mereces todas las cosas buenas que lleguen. Eres la única persona en el mundo que consiguió enseñarme a ser fuerte, y tu despedida es el examen final que tengo que superar. Me has puesto a prueba y no quiero fallarte.
¿Cómo te despides de alguien así? Te juro que tenía un nudo en la garganta y que no quería irme. Solo recuerdo tus ojos teñidos de un brillo y una tristeza inmensa. Y mis manos heladas y temblorosas rodeando tu piel por última vez, como protegiéndote de las cosas que había a nuestro alrededor. Habría parado el tiempo justo en algún momento de todas esas fotos que sé que tardaré en volver a ver. Porque sé que si las veo iré corriendo hacia donde estés para abrazarte y no debo. Tú me pediste esto y tengo que respetarlo. Lo más valiente que he hecho en mi vida ha sido dejarte marchar. Porque mi corazón me agarraba por la espalda suplicándome un ' No, no lo hagas, por favor'. Y yo no quise hacerle caso porque te veía triste y solo pude dejarte marchar. No miré hacia atrás para no arrepentirme y volverte a llamar, e imagino que tú tampoco miraste.
 Te echo de menos enormemente. Y siento que el guion de mi vida se detiene y me faltan personajes y la historia me conmueve y me desvela. Cada noche intento no pensarte, intento dormirme rápido para no tener tiempo a imaginarte delante, como tantas noches estuviste abrazado  a mi risa y al olor de mis sábanas. Te echaré de menos, y te miraré desde lejos si no me dejas acercarme, seré el invierno que mira al verano sabiendo lo imposible que es alcanzarlo . Seré solo la melodía más taciturna y la risa más aguda que jamás oigas.
Y ahora podría decirte que te quiero, pero no quiero escribirlo porque sería reconocer que muchas veces me quedo mirando un punto fijo y solo pienso en todo y nada a la vez.No quiero que me imagines triste. Quiero que veas a la Noelia que adornaba tus días con poesías y dibujos tontos solo para hacerte sonreír. Porque en su día quizá no hizo efecto e igualmente la tristeza te invadía, pero sé que si ahora lo piensas sabes que funcionó.  Quiero que te acuerdes de la niña que lloraba con películas de amor, que miraba embobada las estanterías de las chocolaterías, esa chica que te amó de la mejor manera que supo y que bailó desnuda pegada a tu cuerpo la mejor melodía. Se llamaba amor lo que tuvimos  y fue real. Pero aún no puedo pedirme recordarte sin que se rompa mi armadura y me invada un poco más la soledad.
Tuve mucho más miedo del que tengo ahora; Ahora no sé tener miedo porque no estás. Ya te he perdido.
Espero que jamás olvides el sonido de mi risa o mi forma de mirarte con ilusión, porque te he dado la inocencia del amor más puro y real, porque te di todo lo que tenía y te enseñé todo lo que sabía.
Ojalá pienses en mí cuando mires hacia el cielo y sea de noche, y pienses en qué locura estaré haciendo en ese instante. Ojalá te acuerdes ,cuando alguien pronuncie mi nombre, de esas capuchas que chocaban y acercaban un beso a nuestros labios. Ojalá recuerdes aquel día en el que llovía tanto que nos dejamos mojar como dos locos que bailaban al son de los truenos más fuertes. Ojalá que dentro de ti esté esa parte de mí que se fue cuando te vi alejarte.
Me conformo con que seas feliz, con una sonrisa tuya a lo lejos. Me conformo con imaginarte yendo a las clases con tu música, sabiendo que estás caminando en la dirección correcta. Me conformo con tus pasos a buen ritmo, con tus juegos y pasiones. Con tus noches de fútbol y las bromas con tus amigos. Así te quise de feliz. Así me enamoré de ti, cuando eras tú, y esa sonrisa te envolvía la boca. 
Así te quise, con un balón entre los pies y tu mirada de concentración apuntando hacia la portería. Te quise y si volviera a conocerte volvería a hacerlo.
Jamás podré decir una palabra mala de ti. De ti no. Porque nadie ha perseguido algo con tanta fuerza como perseguías tú tus metas. Tú me cuidaste con la ternura más llena y con el corazón en la mano. Y esa niña pequeña que ha despertado te agradece cada beso sincero y cada palabra encerrada en magia. Porque esa playa, y ese mar, delante de ese puerto y de ese símbolo de libertad, guardará todos nuestros mayores secretos.

De cierto modo siento que esta es la única manera que me queda de hablarte, la única manera de que escuches mi voz, leyendo esto. Pero de veras que sé que no lo harás. Te prometo que sé que tú eres el más fuerte y que vas a poder vivir con esto dentro. Te prometo que sé que eres el más valiente. Porque lo recuerdo, recuerdo que te llamaba Valiente superviviente y te gustaba. Porque en el fondo tú sabes que lo eres. Que siempre lo has sido y lo serás.
Desde lo más profundo e insensato de mí voy a dejar de escribir ya, me despido al menos por hoy, porque es tarde y es de noche y debería dormir. Ojalá ahora entre tus manos esté el mando que tanto te gusta usar y disfrutes de una partida que te haga evadirte.
Porque debes seguir siendo tú.
Porque esa es la persona que puede comerse el mundo.
Y sé que vas a sorprenderles a todos cuando lo consigas.


Hay una canción que dice: ''Cuídate, nos debemos la vida''. Y yo quiero que lo hagas.

Buenas noches,
te deseo las mejores fiestas y la mejor vida.



















Volveré aunque no sepa cuándo.

1 comentario:

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