miércoles, 17 de julio de 2013

El aire empujaba tus ilusiones aquel abril frío. Digo frío porque aún llevabas chaqueta y tu risa se congelaba a cada instante en mi cabeza. Te hablo de esa cabeza que no ha dejado de pensarte ni un instante desde aquel septiembre poco nítido del dos mil doce. Te movías como se mueve la esperanza en un corazón cálido; y así eras tú. Cálido, en el sentido menos temperamental de la palabra. Me miraste, como quien mira un sueño y susurraste algo así como: 'Qué guapa estás hoy'.
Cumplías los dieciocho. Dieciocho primaveras en tu vida y lástima que yo solo había podido disfrutar de una. En ese preciso instante deseé haberte conocido mucho antes y haber latido en ti años atrás. Pero para qué llevarle la contraria a la vida; era feliz de estar allí contigo. Apreté fuerte tu mano, como susurrando a falta de palabras que jamás me marcharía de allí; que a tu lado estaba mi hogar. Pero qué tonterías, eso tú ya lo sabías antes de que yo pudiera haberlo pronunciado. Sonreíste, a quemarropa.
Y te balanceaste en mis ojos, como quien es feliz de estar justamente en el sitio que está. Te besé los sueños, y con ellos, tus labios también.
- Gracias por formar parte de este día, de mis dieciocho años.
Sonreí para mis adentros,y para qué mentir, también para mis afueras.
- Nos quedan muchos más cumpleaños.

No había lluvia, ni si quiera estrellas. Era la noche más normal del mundo excepto por nosotros. Nosotros ahora estábamos rodeados de la magia de querer vivir del amor.
Tal vez el amor fuera suficiente. Lo fue.
Porque sentí cómo mis pulmones se llenaban y no de aire, sino de vida.
Sentados en el suelo de ese parque, mi carta tendida en tus manos.
Mi corazón tendido en ti.
Yo tendida en tus ojos.
Fui feliz. Lo juro. Y aún lo soy.
Y mira que ya han pasado algunos meses desde abril y aún me duran tus fuerzas. Tu cara al ver esa pulsera aquel día. La música de tu risa.
Y como musa oficial de mis letras, otra vez tu mirada aparece.
Y esta vez más cerca que nunca. Más cálida que siempre.
Y te quiero. Como el invierno quiere al frío.
Como la primavera te quiere a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ya me gustaría

 Es casi inconsciente este pensamiento recurrente que me atraviesa. Me cuento y les cuento que no es para tanto y lo cierto es que soy dos p...