Cuando se acercaba la hora del amanecer se sonrojaba, y experta en refugiarse, susurraba: "aún no quiero irme". Unos amantes desnudos, desde cualquier playa la miraban, se despedían de ella con la palma de las manos. Otros, con la mochila a cuestas, directos al trabajo: otro día empieza y la noche ha terminado.
martes, 17 de diciembre de 2019
Qué absurda me pongo cuando me da por las metáforas
Lejos de la verdad desnuda y de los mitos encerrados dormía la luna aquella noche. Siniestra y entera, palpitaba, cercana. Se percibía a kilómetros, se sientía a centímetros y se reía a carcajadas. A veces miraba desafiante a aquel que se atrevía a juzgarla; otras, bailaba, sencilla, delante del que se detenía a observarla. La llamaban valiente, pero no tenían ni idea de nada: noches de llamadas a las tantas de la madrugada, el llanto oculto en una almohada, decir "yo puedo" cuando su cabeza le gritaba "aguanta". Nadie supo de ella, solo escuchaba: "hoy está un poco naranja", qué extraño, pensaba, hoy me había puesto blanca. A ratos recordaba a aquel humano que un día se atrevió a pisarla, qué amor tan auténtico el de aquella huella en su regazo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ya me gustaría
Es casi inconsciente este pensamiento recurrente que me atraviesa. Me cuento y les cuento que no es para tanto y lo cierto es que soy dos p...
-
Siempre estaré dispuesta a hacerte sonreír. Por muy duro que sea el día. Siempre querré cambiarlo a mejor. Porque te quiero y los ángeles...
-
Si algún día te preguntan por mí no les digas nada. Solo sonríe, asiente y di: Sí, la conocí. No les hables de lo feliz que te hice, ni si ...
-
Lo sospechaba hasta que lo sentí, y lo sentí hasta que lo supe. Así empezó y acabó nuestra historia. Si sólo me hubiera fiado un poquito má...
No hay comentarios:
Publicar un comentario