Se me escapa,
de las manos,
y del cuerpo,
y de los años.
Se me escapa,
filtrándose lento,
en sangre caliente,
cantando despacio.
Te me escapas,
como figura latente,
como pálpito hiriente,
como hielo en los ojos.
Y me escapo,
porque me abrazo y te siento,
porque me acerco a tu hombro
y al te quiero callado.
Se me escapa,
del vientre,
y del pecho
y del espacio.
Se me escapa,
arañándome dentro,
en plácido sueño,
y despierto despacio.
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