jueves, 23 de abril de 2015

Y esto es lo que entiendo yo por poesía.

Está tumbado, como siempre, con las piernas cruzadas. Mira por encima de sus gafas. Ni si quiera sé por qué las usa. Parpadea cada tres segundos cuando fuerza la vista y su pecho sube y baja al ritmo de su respiración. Tiene poesía en las manos, literalmente.
Y sonríe de vez en cuando, cuando algún verso se le cuela en el corazón.
No se da cuenta de que le estoy mirando, piensa que sigo dormida. Y de vez en cuando levanta la vista y mira al reloj. Yo sonrío y me hago la dormida.
Susurra algún verso que no logro escuchar.
Parece que está leyendo lo más interesante del mundo. Y de repente siento celos de las letras que tocan su corazón.
Se gira, como si algo en mí le estuviera llamando. Me mira y niega con la cabeza. Después sonríe.
Y me estremezco.
'Ven, anda'.
Apoyo la cabeza en su hombro izquierdo y me besa la frente.
'Léeme'.
Niega con la cabeza. Y después ríe tímido. No le gusta leer en voz alta.
Miro suplicante sus pupilas, que acaban cediéndole el paso a las mías.
'Vale.'
Las calles están temblando, y ya ha empezado a oscurecer. Todos recogen las paradas de libros. Aún quedan parejas en la calle, besándose. Y miles de pétalos de rosa en el suelo. Y nosotros tan ajenos y a la vez partícipes del mundo, que siempre acaba girando más y más rápido.
Detenemos los segundos del reloj que nos mira desde la pared.
Parece que haya pasado una hora y ya van tres vidas.
Ni si quiera le escucho, solo veo esos labios moverse al son de las palabras que le queman la lengua y me erizan la piel. Cómo puede quedar tan bien una palabra en unos labios. Cómo puede ser tan melódica una respiración. Cómo se puede decir en voz alta lo que suele leer el corazón.
Siento que no quiero que jamás se acaben esos versos,que parecen unirnos más y más.
A menos tres centímetros. Nuestras cabezas tan juntas como nuestros labios.
Y la poesía quiere quedarse en la mesilla. Y nosotros dejamos que ocupe nuestras cabezas.
De repente, se cuela en la cama. Y nos hacemos poesía.
Y nos vemos siendo dos versos que impactan, la rima más sonora.
Y su métrica me hace enloquecer. Y le enciendo la piel.
Tres caricias por cada letra que derrama.
Somos poesía.
Ya no la fingimos ser.
Sus labios de repente parecen recitar el poema más bonito del mundo, entre los muslos de mi admiración. Y nos hacemos tan fuertes que nos creemos ganadores de una batalla que a penas hemos comenzado. Le arranco la piel. Y nos dejamos ser.
Sus clavículas parecen pedir mis labios..
Y un mordisco da pie a la guerra que ya sabemos cómo terminará.
Fundidos los dos en el mismo verso.
Cambiando la posición de nuestros signos de puntuación.
Sin más señal que la de nuestros huesos impactando.
Se le estremecen los sentidos y le miro sonreír.
De repente enseña esos dientes que acaban marcando mi cuello.
'Para que no te olvides de mí'
Como si pudiera hacerlo.
Tímida le arranco la sonrisa, contraatacando. Le muerdo en los sueños.
'Y que esto supere tus versos'
Ríe tan alto que las calles se callan.Y yo le miro tan fuerte que parece no haber nada más que sus ojos apuntando al cielo de mis gemidos.
Y de repente siento envidia del aire que puede contemplar cómo empezamos el poema que no sabremos terminar.



























Felicísimo día de Sant Jordi.


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