jueves, 12 de septiembre de 2013

Mil maneras de amar y yo sigo escogiendo la de tus ojos.



Creía que conocía la sensación pero estaba equivocada. Pensaba que había amado antes, y sí, claro que lo había hecho, pero no así, no de esta forma. Estaba convencida de que el amor era una simple y pasajera emoción hasta que descubrí que el amor adopta mil formas distintas. Me negaba a ver que existía una evolución, unas etapas que había que cumplir, creía...o más bien, quería, quedarme para siempre en una de esas etapas, sin ver que realmente detrás de cada etapa el amor se podría ir fortaleciendo. Tenía miedo, como se le teme a la oscuridad cuando eres pequeño, o a la muerte cuando empiezas a ser consciente de lo jodidamente corta que es la vida. Lo cierto es que hasta ahora no lo había visto pero cuando conoces a alguien que te enseña uno a uno todos los pequeños detalles que contiene el mundo realmente ves qué era eso a lo que todos llaman felicidad. Y la forma que fue adoptando mi vida pareció ser sensacional. Él no solo consiguió hacer de mí la mejor versión que podía mostrar al mundo, sino que también caminó día tras día al lado de esta ilusa que creía que había conocido la vida.
Empecé a amar. Y lo hice con la cabeza, pero también me dejé la piel y el alma. Suena poético pero empecé a girar al rededor de un astro nuevo. Los más infantiles me llamaban patética, los más sabios, pequeña. Y los que creían en el amor, simplemente, enamorada.
Y yo mientras tanto solo procuraba que me llamaran por mi nombre.

Un amigo mío una vez me dijo que cada uno tiene diferentes prioridades en la vida, y que cada persona centra su felicidad en un simple objetivo. Mi objetivo era compartir mi vida, mis ideas, mi cuerpo y mi corazón con alguien de quien después no pudiera arrepentirme.
Y nunca se sabe qué opción será la correcta, porque...¿quién puede asegurar nada que tenga que ver con el corazón?, lo que sí sabía era que en ese justo instante lo que dictaba era aquello. Amar con cada poro de mi piel y dejarme el alma en ello.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ya me gustaría

 Es casi inconsciente este pensamiento recurrente que me atraviesa. Me cuento y les cuento que no es para tanto y lo cierto es que soy dos p...