Llevo en forma de tatuaje las gotas de lluvia de aquel doce de octubre en mi piel. Créeme que desde entonces mi vida se consume en forma de canción. Y la melodía es tu voz pronunciando mi nombre. Aunque tú no creas en el destino y yo no crea en la suerte.
A veces me sigo preguntando como dos almas tan impares, consiguen ser una pareja.
Pero nuestra canción ya contesta esa pregunta. La diferencia entre tú y yo.
A veces me sigo preguntando como dos almas tan impares, consiguen ser una pareja.
Pero nuestra canción ya contesta esa pregunta. La diferencia entre tú y yo.
Esa es la gran fórmula de la felicidad. La diferencia que hay entre tus ideas y mis pensamientos, entre tus sentimientos y mis corazonadas. A veces la diferencia asusta.
Otras, une. Y me he dado cuenta de que ya no quiero vivir en una vida en la que no esté tu dosis de realismo. Y me pregunto día tras día si a ti te gustaría vivir en una vida en la que mi risa no dejara marca en tus días.
Otras, une. Y me he dado cuenta de que ya no quiero vivir en una vida en la que no esté tu dosis de realismo. Y me pregunto día tras día si a ti te gustaría vivir en una vida en la que mi risa no dejara marca en tus días.
Y es que has transformado y cambiado todas las direcciones. Y aunque al principio me asustara caminar por un lugar en el que nunca había estado, ahora sé que éste es mi sitio.
Que le das sentido a las hojas del calendario que pasan y pasan. Que ahora ya no solo son días. Ya no. Ahora son mucho más que eso.
Que le das sentido a las hojas del calendario que pasan y pasan. Que ahora ya no solo son días. Ya no. Ahora son mucho más que eso.
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