Estafada o humillada. Llena de ira o sometida. Imprudente o vestida de caricia. El pasado nos empuja al desorden. El pasado nos empuja al patrón. El pasado nos hace creer que el futuro es un símil de lo que ya fuimos, que la materia será esta vez más pesada y dura. Nos convence de que el camino seguirá siendo siempre el mismo.
El pasado es un lastre que nos indica lo lejano que es el futuro, pero a la vez nos despierta y nos hace ver que solo existe él. Que el presente siempre es pasado cuando queremos darnos cuenta, que el futuro nunca llega.
Me han matado otra vez.
Me han abandonado otra vez.
Alguien más se suma a ese ejército de personas grises que intentaron robar mis colores y cuando lo consiguieron se fueron con ellos.
El silencio no me asusta.
El ruido no me asusta.
Me asusta la certeza con la que lo vi todo tan rápido.
Me hace ver que la vida está llena de desengaños.
Y que nadie vendrá nunca a salvarme.
De eso se trataba, supongo.
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