Qué fácil era todo entonces, ¿no?
A veces nos echo de menos. Echo de menos tener a mis dos ángeles colgados de mis dos hombros.
A veces no basta con teneros a ambas, pero a kilómetros.
¿Recordáis esas primeras experiencias que vivimos las tres por primera vez? Me dabais estabilidad, confianza. ¿Recordáis esas risas que acaban en llanto? ¿Esas metedura de pata que acababan en abrazos? Cuando Sylvia y yo nos enfadábamos y Belén ponía paz entre nosotras.
Con ambas era fácil vestirse de fiesta y salir. Era fácil pedir un chupito y bailar al son de Rihanna, Mohombi, Chris Brown, toda la noche. ¿Recordáis cuando bebisteis tanto que tuve que cuidaros? O esas noches llenas de cotilleos. Aquel medio día en el que al ver Mama mía las tres nos clasificábamos con los personajes. Me hacíais falta. Juntas, ahí, abrazándoos.A veces lloro al mirar nuestras fotos.
Supongo que aún no me he hecho a la idea de vivir apoyándoos a las dos por separado.
Aún me cuesta creer que todo acabara así.
¿Que mal final para nosotras, no?
El mundo jamás ha sido justo.Y ya sabéis, mejor que nadie, que los sentimientos tampoco entienden de justicia.
¿Hasta qué punto las cosas podían dejar de salir bien?
A veces me da miedo miraros y sentirme sola. Os tengo, es cierto, ¿pero y vosotras qué? No os tenéis. No os apoyáis. No os miráis. No existís.Retrocedería mil veces al pasado y cambiaría todo aquello, el rumbo de todo lo que sucedió el día en que se marcó el final.
Nos merecíamos seguir juntas, hasta el final.
Y me sigo negando a creer que cada día que despierte no podré deciros: ' Eh, bratzs, os apetece salir este viernes?' Porque ni Bratzs, ni amigas.
Porque ni motes, ni sonrisas.Porque quizá nadie tuvo la culpa.
Porque quizá llore con recuerdos.
Porque tal vez os necesite, juntas. Porque quizá os he visto llorar a amabas.
Porque os he querido demasiado como para soportar ésto.
Siempre nos echaré de menos
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