Conducir estratégicamente hasta la quinta avenida de tu risa y echar el freno, pero sin parar.
Que el mundo conspire contra nosotros pero el universo se ponga de nuestra parte, y que le den a los dados si solo puede llegar a seis, porque aunque nosotros siempre hemos sido más de pares, siempre jugaremos a partir del doce. Coseremos las alas tantas veces como se nos rompan, y no te preocupes si derrapas al echar a volar, es que tanta dulzura no cabe en ese par de alas que llevas como libertad. Así que déjame arrancarte parte de ella, quizá a besos, tal vez a mordiscos, déjame desnudarte a palabras. Porque no entiendo de tiempos ni estaciones si estás arropándome.
Porque no entiendo de lluvias si no hay paraguas mejor que el de tus abrazos a mitad de un beso, en cualquier semáforo de esta dormida ciudad. Déjate de verdades y sílabas que juntas crean tempestades, mejor cómeme a besos que por cada esquina que nos contemple sumaremos puntos a eso de querernos. Y que gane el mejor, pero no el más fuerte, sino aquel que sepa a base de susurros erizar la piel. Que se nos erice hasta el punto de extinguir nuestros miedos. Pero no te vayas, por favor, y báilame el agua. Que te quiero tener a menos tres centímetros. Y me falte el oxígeno de tanto respirar(te).
Porque no entiendo de lluvias si no hay paraguas mejor que el de tus abrazos a mitad de un beso, en cualquier semáforo de esta dormida ciudad. Déjate de verdades y sílabas que juntas crean tempestades, mejor cómeme a besos que por cada esquina que nos contemple sumaremos puntos a eso de querernos. Y que gane el mejor, pero no el más fuerte, sino aquel que sepa a base de susurros erizar la piel. Que se nos erice hasta el punto de extinguir nuestros miedos. Pero no te vayas, por favor, y báilame el agua. Que te quiero tener a menos tres centímetros. Y me falte el oxígeno de tanto respirar(te).
Así que abre todas tus puertas porque pienso entrar a lo grande. Que en tu vida no quepa un 'ha pasado desapercibida'. Porque pienso dejar huella hasta en las aceras que cada día pisas. Si mueres, que solo sea en la curva de mi sonrisa. Te resucitaré a besos. Lentos, de esos que se paran a mirar al tiempo, vacilones de detener cualquier momento. Así que ni se te ocurra irte sin previo aviso, y si avisas, tampoco te vayas. Porque no me quiero perder ni un solo día sin tener el sonido de esa risa clavado en las costillas. Bésame a ratos. Pero cada vez con más fuerza. Porque quiero ser presa de tus recuerdos, y mira que a mí me gusta la libertad, pero cuando se trata de ti, amor, todo es bueno.
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